domingo, 16 de diciembre de 2007

Desesperanza

Mira que esta mujer representa ese progresismo de vuelta de todo, esa incorreccion basada en el reaccionarismo y esa generacion centrista acomodada. Mira y mira, pero a pesar de eso me hace gracia y este articulo que pego abajo es lucido.
El PSOE recientemente ha doblado la rodilla frente al Vaticano ( Fernandez de la Vega se puso la mantilla, ay madre) y ha claudicado en su revindicacion del derecho al aborto y a la eutanasia. Era de esperar en ese intento desesperado de ganar el voto apolitico ( y lxs apoliticxs en el fondo ya sabemos a que lado miran).
El caso es que aqui hay dos cosas que me hacen pensar, por un lado ese retroceso en el derecho al aborto, siempre alguien ajeno decide, si es por la seguridad del embrion, tan enajenadas se les supone a las madres?. Pero tambien por aquello que dice Germaine Greer de que las feministas nos hemos marcado un autogol con la reclamacion del aborto, al fin y al cabo ¿Quien quiere someter su cuerpo a una intervencion invasiva, agresiva, traumatizante?, ¿Quien quiere reclamar el derecho a pasar toda la vida intentando olvidarla o cuestionandose que hubiera sido si no hubiese abortado?. Las mujeres no hemos formulado bien nuestra queja, la lucha debe ir encaminada hacia una educacion sexual mas completa y una politica de anticoncepcion real y segura. Si las mujeres no pueden quedarse embarazadas en cualquier momento o en cualquier circunstancia, ¿Por que la industria desarrolla una pildora mas dañina que beneficiosa para las mujeres y no se centra en la hiperfertilidad masculina?. Todas las mujeres heterosexuales han optado o se han planteado alguna vez por amor cegador, promesas de places sin igual, supuesta comodidad o generosidad, tomar la pildora, pero ésta supone una revuelta hormonal con bastantes efectos secundarios, quedando ademas la responsabilidad de la contracepcion en manos de la mujer y su cuerpo, bien sea por la pildora o por el invasivo DIU, convertido en un campo de batalla, siendo de nuevo la concepcion un asunto femenino sin responsabilidad compartida.
Aun asi, a pesar de que el cuerpo de la mujer es siempre el que por h o por b esta en juego las mujeres vivimos la pildora como un gran avance, aun a costa de nuestra salud y el aborto como un derecho, que engañadas estamos.
Ninguna mujer queremos perder el derecho sobre nuestro cuerpo, ni una criatura no deseada, pero tampoco un aborto no deseado.

Aqui va el texto

DESESPERANZA

ELVIRA LINDO 12/12/2007


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Sí, hay experiencias exclusivamente femeninas. Una de ellas, el embarazo; la otra, su reverso, la interrupción voluntaria de una gestación. En este trance, las protagonistas prefieren el eufemismo porque la palabra aborto, aun siendo exacta, parece contener toda su traumática historia, el pasado delictivo y el presente secreto. Nadie va por la vida jactándose de un aborto. No es un tema común, ni tan siquiera entre mujeres, no es agradable recordarlo. Por mucho que el cierre de varias clínicas que practicaban abortos ilegales haya avivado la ira de quienes tachan a las mujeres de asesinas y a cualquier tipo de interrupción de práctica genocida, por mucho que este escándalo sirva a la carcundia para desempolvar las imágenes de bebés metidos en botes de cristal, el aborto no suele ser más que la consecuencia de un estado de desesperanza que entristece a una mujer. Un calvario corto pero intenso que cualquiera quisiera evitar, la menor de edad, la madre con varios hijos o, sencillamente, la que no se encuentra en buena disposición para traer a alguien a este mundo. La ley del aborto se cerró de manera falsa para no enfurecer a la derecha, apelando a tres supuestos por los que se cuelan la mayoría de las mujeres que quieren abortar antes de los tres meses. Todavía hoy hay que repetirlo, el aborto es un derecho y es un mal trago, las dos cosas a la vez. No hay más que ver las caras de esas mujeres que esperan en la antesala del quirófano. Esos hombres de impecable moral que hablan de asesinato debieran sentir alguna vez esa angustia en su corazón. En cuanto a las mujeres de recta moral, me recuerdan a esa escena de El extraño viaje en la que la genial Maria Luisa Ponte, al ver a la chavala minifaldera del pueblo pasar por delante del corrillo de amargadas con pelillos en la barba, exclamaba indignada: "¡Qué pocas quedamos!". Eso espero.




* Y despues de editar esta entrada el Gobierno anuncia la revision de la ley del aborto, no sabia yo que ejercia la presion de un lobby, que pedimos ahora?.

3 comentarios:

Ana González dijo...

Abortar puede hacer a alguien muy feliz: por poder elegir su camino, por poder manejar su vida, por poder disponer de su cuerpo, por evitar vínculos con personas que no le interesan, por escribir su futuro, por...
Aunque machaconamente insistamos en que ha de producirse un gran trauma. No contribuyamos a crear una profecía.
Muchas mujeres viven el aborto como una liberación y como un aprendizaje.

Maria Tudor dijo...

pues yo dudo que haga a alguien feliz, liberada si, empoderada si, relajada si, pero feliz.....eres feliz si evitas quedarte preñada, pero pasar por un proceso cuando menos incomodo dudo que haga feliz a nadie (a no ser que tenga filia hospitalaria), traumas aparte.

Anónimo dijo...

dudo mucho que el señor o la señora
gonzalez se haya sometido a un aborto, eso no hace feliz a nadie.